Viajas con niños
Viajar con niños es una de las experiencias más bonitas de la vida. Ver sus caras de ilusión conociendo lugares nuevos, disfrutando de estar en otra ciudad, otro país, pasar tiempo en familia… Pero, al mismo tiempo, debemos ser muy precavidos porque, un imprevisto puede suceder ¡en cualquier momento!.
Cómo prevenir que se mareen en un viaje
Los mareos en coche, autobús, tren, avión o barco “suelen aparecer entre los 2-12 años, especialmente si hay antecedentes en la familia. Para prevenirlo es fundamental evitar mirar por las ventanas laterales o fijar la mirada en un punto; del mismo modo, no está recomendado leer, ver pantallas ni dibujar. También, mejor no hacer comidas copiosas o tomar bebidas con gas antes de hacer el viaje”, recomienda la Dra. Cristina Alfaro Iznaola, pediatra de nuestro equipo.
Por otro lado, la doctora también nos da una serie de recomendaciones que serán de mucha ayuda para intentar prevenir mareos o malestar en los niños durante un viaje:
Si vamos en coche:
- Parar cada 1,5 ó 2 horas como mucho.
- Aprovechar la hora de la siesta para viajar.
- Promover mirar al horizonte en línea recta. Por ejemplo, jugar al veo-veo, formas de las nubes, palabras con matrículas, etc.
- Dejarles los asientos centrales.
- Llevar bolsas (sin agujeros) o un pequeño barreño o cubo, toallas, toallitas y empapadores, así como, ropa de repuesto a la que podamos acceder fácilmente, por lo que pueda pasar.
En cuanto a la medicación que pueden tomar, la Dra. Alfaro indica:
- Menores de 2 años: antihistamínico sedante o parches NauZen® (en ficha técnica se recomiendan a partir de los 3 años pero pueden pegarse en el asiento de delante alejado del niño, en lugar de ir pegado a su ropa).
- A partir de 2 años: dimenhidrinato (la famosa Biodramina®).
- A partir de 12 años: chicles de meclozina (marca Chiclida®).
Si vamos en barco, avión o tren:
- Administrarles alguna de las medicaciones mencionadas, al menos media hora antes de iniciar el viaje.
- En barco, intentar ubicarle en la cubierta del centro del barco para mirar al horizonte y no dentro de la cabina.
- En avión y en tren, mejor viajar en los asientos delanteros y siempre mirando en el sentido de la marcha.
- Intentar que coman algo ligero de forma frecuente (manzana verde, galletas de jengibre…) e hidratar al peque con pequeños sorbos de agua o incluso suero oral hiposódico.
- No leer ni fijar la vista en ningún objeto, y puede ayudar llevar gafas de sol si estamos en exterior.
Qué hacer cuando se marean
El mareo ocurre por la descoordinación que se produce en el cerebro entre la vista, es decir, el movimiento que el niño ve a través de sus ojos cuando viaja, y el oído interno, que es el encargado del equilibrio, y en ese momento, percibe que el pequeño está sentado. El malestar general, los vómitos, la palidez… son los síntomas asociados al mareo.
Si estáis viajando y no has podido prevenir que el niño se maree con los consejos anteriores, ¡no te preocupes!. Es normal y muy frecuente que los peques se mareen. Para ello la doctora nos recomienda que “si ya se han mareado, lo ideal es parar lo antes posible, siempre y cuando no suponga un riesgo para todos. Si han vomitado, limpiar la zona lo mejor posible y aplicar bicarbonato (si llevamos) que quita el olor y la mancha”.
Por otro lado, la doctora también aconseja darle un respiro al niño y, si viajáis en coche, dejar que “se recupere al aire libre durante al menos 30-45 minutos antes de reiniciar la marcha”. También sería bueno que nos aseguremos de que “beba pequeños sorbos de agua o zumo, que tome algo dulce (es el momento de ofrecer un caramelo o un azucarillo) y una vez veamos que se ha recuperado, continuar con nuestro camino, pero siguiendo las recomendaciones previas”, sostiene.
Y si aún con todo, los vómitos persisten, lo más recomendable según la doctora es “suspender el viaje e incluso acudir para valoración médica si vemos que hay signos de deshidratación: mucosa oral seca, ojos hundidos, llanto sin lágrima, debilidad extrema”.
Si se marean viajando en barco, lo mejor es ir hacia la cubierta y que el niño mire hacia el horizonte, tal y como apuntaba anteriormente la doctora. Y si vais en avión, y el niño se marea, haz que dé algún paseo por los pasillos y que se refresque en el baño lavándose la cara y mojándose la nuca.
Cómo gestionar el jetlag en los más pequeños
Aunque pueda parecer mentira, los niños se adaptan mucho mejor que los adultos a los cambios de horarios, “más de lo que imaginamos”, dice la Dra. Alfaro. Pero, para asegurar el bienestar de los peques en un viaje que suponga cambios en el huso horario, la doctora nos da una serie de trucos para hacerles el jetlag más llevadero:
Asegurar una buena higiene de sueño el día y la noche anterior al viaje.
Si viajamos de noche intentar comenzar el viaje al inicio de la noche o cuando ya estén en sueño profundo (primeras 4 horas de sueño aproximadamente).
Si hay una diferencia horaria de más de 6 horas, intentar imitar el horario del destino lo antes posible. Para ello, podremos hacer ‘siestas de emergencia’, que no deben durar más de 2 horas o 2 horas y media, e intentaremos acostarles lo más pronto posible dentro de la normalidad. Por ejemplo, si volamos a Nueva York, hay 6 horas de diferencia con respecto al horario de España peninsular. Si llegamos al destino a las 14h (las 20h españolas), podríamos dejar hacer una siesta hasta las 16:30h de Nueva York (las 22:30h en España), aproximadamente, y acostarles a las 19:30-20h en Nueva York (1:30-2h de España).
La melatonina puede ser una gran aliada, especialmente asociada con triptófano, para ayudar a reconducir el ritmo circadiano, pero siempre se recomienda que sea bajo prescripción médica y durante un tiempo recortado.
En los vuelos largos, salvo excepciones de ansiedad extrema, no recomendamos medicación, pero sí ayudarles a estar el mayor tiempo posible entretenidos.
¿Qué no debe faltar en un viaje con niños?
“Cuando viajamos con niños es fundamental llevar un botiquín con todo lo básico que necesitaremos en caso de no poder contar con asistencia médica inmediata o temprana”:
- Para la fiebre (temperatura >38ºC) o el dolor: paracetamol (jarabe o supositorio), ibuprofeno (jarabe) o metamizol (gotas).
- Para los vómitos y diarrea: suero oral hiposódico y algún probiótico (Bivos®, Reuteri®, Ultralevura®…) o, incluso, sobres de Xilaplus® para la diarrea.
- Para heridas: suero salino fisiológico, clorhexidina al 2% (Cristalmina®), puntos de aproximación, gasas, vendas, apósitos y tiritas.
- Para las picaduras: mosquitera y antimosquitos, siguiendo las siguientes recomendaciones:
- Entre 0 y 2 meses: parches antimosquitos como Squitos® o podemos poner DEET en la zona donde duerma o descanse, pero nunca nada sobre su piel.
- Entre 2 meses y 1 año: aceites botánicos en roll on.
- A partir de 1 año: IR3535 en spray en la piel.
- A partir de 2 años DEET en 10-30%, spray de IR3535 o picaridin.
- A partir de 3 años DEET en 10-30%, spray de IR3535, picaridin o PMD.
- Cuando ya hay picaduras: amoníaco en barra (Goibi Pic® desde el año y Afterbite extrem® desde los 2 años).
- Aquí tienes más información sobre prevención y cómo tratar las picaduras.
- Y, si padecen alguna enfermedad crónica, ¡nunca debemos olvidarnos de su medicación habitual! (salbutamol, adrenalina inyectable, corticoides orales, antihistamínicos…).