Alimentación Complementaria
La OMS recomienda lactancia exclusiva, ya sea materna o artificial, hasta lo 6 meses de vida y debe ser la principal fuente de alimento durante el primer año de vida.
Siempre que sea posible, se recomienda la leche materna por sus inmumerables ventajas: es la que mejor se adapta a las necesidades nutricionales y las características digestivas del lactante, transfiere inmunidad de madre a hijo, disminuye el riesgo de muerte súbita y favorece el vínculo entre la madre y el bebé.
Cuando se opta por lactancia artificial esta debe ser con fórmula de inicio (tipo 1) hasta los 6 meses, con fórmula de continuación (tipo 2) de los 6 a los 12 meses (aunque también se puede seguir con leche de inicio tipo 1) y con leche entera a partir de los 12 meses. Las fórmulas se deben dar igual que la leche materna, a demanda y respetando las necesidades del bebé.
No está justificado introducir nuevos alimentos antes de los 4 meses aunque tampoco es aconsejable hacerlo más allá de las 26 semanas. La leche como alimento único a partir de los 6 meses no proporciona la energía y nutrientes suficientes y la falta de diversificación puede producir una peor aceptación de nuevas texturas y sabores, riesgo de sufrir alergias e intolerancias alimentarias y aumenta la posibilidad de alterar las habilidades motoras orales. Es una época muy válida para la educación del gusto y el conocimiento de los alimentos básicos que permitirán al bebé adaptarse a una alimentación equilibrada, variada y suficiente.
Es adecuado esperar a que el lactante presente signos de que ya está listo para comenzar:
- Muestra un interés activo por la comida
- Ha desaparecido el reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua)
- Es capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca
- Puede mantenerse sentado con apoyo
No existen unas pautas rígidas para el inicio de la AC y no hay alimentos mejores que otros para empezar, aunque es bueno introducir pronto alimentos ricos en hierro y zinc.
Una vez establecida la alimentación complementaria, a diario deben tomar alrededor de 500ml de leche y comer fruta, verdura, cereales y proteína (carne, pescado, huevo o legumbres), es decir, una dieta variada y adaptada a sus necesidades nutricionales. Lo ideal es que hagan 4 comidas al día (una cada 4 horas aproximadamente) y que no tengan la necesidad de alimentarse durante la noche. Las comidas recomendadas son:
- Desayuno: cereales, fruta…
- Comida: verdura con proteína
- Merienda: fruta
- Cena: cereales, verdura, proteína…
La lactancia seguirá siendo a demanda sin olvidar que la AC no es “sustitutiva” sino “complementaria”
CEREALES: Los cereales con gluten se pueden introducir entre los 4 y los 11 meses pero idealmente en torno a los 6 meses. Pueden ofrecerse en polvo disueltos en leche, añadidos a purés, en forma de arroz hervido y chafado, pan, pasta, arepas o tortas de maíz, quinoa o avena… Se debe optar por cereales integrales, sin azúcares añadidos (en el apartado hidratos de carbono de los cuales azúcares deben contener menos de 5g por 100g) y evitar los cereales hidrolizados o dextrinados.
FRUTAS: Deben emplearse frutas frescas variadas y de temporada. Darla siempre entera (triturada, chafada o en trozos grandes) pero no en zumo ya que que no ofrecen ningún beneficio nutricional y además pueden contribuir a una ganancia inadecuada de peso y aumentar el riesgo de caries. Las frutas normalmente se dan de merienda pero se pueden dar a cualquier otra hora entre tomas o como postre.
VERDURAS: Se irán introduciendo habitualmente al mediodía (almuerzo). Durante el primer año deben evitarse las verduras de hoja verde como las acelgas, las espinacas o las borrajas porque pueden causar metahemoglobinemia, por su alto contenido en nitratos. Deben cocerse al vapor o con poca agua y aprovechar el caldo de cocción. No añadir sal ni caldos comerciales. Se recomienda añadir una cucharada de aceite de oliva en crudo antes de servir.
PROTEÍNAS: Una vez introducidas las verduras se puede comenzar a dar carne, pescado, huevo y legumbres. Se recomienda variar los ingredientes para que cada día haya un alimento rico en proteínas y hierro y para que el niño se vaya acostumbrando a probar diferentes sabores.
Ejemplo de papilla de verduras con pollo o pescado blanco: Hervir durante 20 minutos judías verdes, puerro, patata y pollo sin piel (más o menos medio muslo o contramuslo por ración) o un filete pequeño de pescado blanco y después triturar. No conservar más de 48 horas en la nevera. Se puede congelar en porciones diarias e ir sacandolas según necesidades. La cantidad aproximada por ración es de un bol de 250ml.
CARNE: 20-30 g/día. Pollo, pavo, ternera, conejo, cordero… Evitar las partes grasas de las mismas. No utilizar las carnes cazadas con plomo en niños menores de 6 años.
PESCADO: 30-40 g/día. Se debe congelar previamente para evitar el contacto con anisakis. Ofrecer pescado blanco o azul de pequeño tamaño (sardina, caballa, salmonete…). Los pescados azules de gran tamaño (emperador, pez espada, atún rojo, cazón y lucio) contienen alto contenido en metilmercurio por lo que se desaconseja. Evitar el consumo de cabezas de crustáceos y cuerpos de cangrejo por el alto contenido en cadmio.
HUEVOS: Se dará siempre bien cocido, primero la yema (aumentar ¼ cada 2-3 días) y después la clara (aumentar ¼ cada 2-3 días) hasta dar el huevo completo. Añadir a las verduras en sustitución de otras proteínas.
LEGUMBRES: Las que mejor se digieren son los garbanzos y las lentejas. Dejar en remojo la noche anterior a su preparación y mejor si son germinadas para una mejor digestión. Se añaden a las verduras y sustituyen a otras proteínas.
FRUTOS SECOS: Machacados a partir de los 6 meses. Nunca enteros por riesgo de atragantamiento.
SAL: Antes de los 12 meses no se añadirá a las comidas.
LÁCTEOS: La leche es el alimento principal durante el primer año de vida y debe darse a demanda. Cuando se opta por lactancia artificial esta debe ser con fórmula de inicio (tipo 1) hasta los 6 meses, con fórmula de continuación (tipo 2) de los 6 a los 12 meses (aunque también se podría seguir con leche de inicio tipo 1) y con leche entera a partir de los 12 meses. Las fórmulas se deben dar igual que la leche materna, a demanda y respetando las necesidades del bebé. A partir de los 9 meses podrán tomar (pero no es obligatorio) yogur natural sin azúcar y queso fresco sin sal. Se desaconsejan los yogures de leche de continuación por su contenido inadecuado de hidratos de carbono.
AGUA: Mientras el lactante recibe sólo leche materna o fórmula adaptada no requiere líquidos adicionales. En cambio, ya que la alimentación complementaria supone una mayor carga renal de solutos, se le ofrecerá agua y será el niño quien se regule. Se le ofrecerá el mismo tipo de agua que toman los adultos sin necesidad de hervirla.
DULCES: Se desaconseja el consumo de azúcar y edulcorantes. La miel no debe introducirse antes del año por el riesgo de transmitir botulismo.
A partir de los 8-9 meses e individualizando a cada bebé según su interés por los alimentos, se puede ir introduciendo una cena más variada (tortilla, pescado o filete de carne desmenuzado, verduras cocidas o en puré…). Sin olvidar que la AC complementa y no sustituye a la leche.
Se recomienda no retrasar la introducción de diferentes texturas grumosas, semisólidas y sólidas y hacer partícipe al bebé en su alimentación dejando que sea él mismo quien se lleve los alimentos a la boca. Vigilar que el tamaño del alimento sea adecuado (grande como su puño o pequeño como un grano de arroz) para evitar atragantamiento.
Las primeras veces que se ofrece un alimento es muy habitual que lo rechace por lo que a veces hay que ofrecer varias veces antes de que muestre interés por alimentos nuevos. Si rechaza repetidamente un alimento, sustituir por otro del mismo grupo y volver a ofrecer pasadas unas semanas. No se debe obligar a comer, hay que respetar el apetito del niño. Se debe dar de comer en un ambiente tranquilo, sin estímulos que distraigan la atención del niño y sin prisas. No hacer juegos ni usar la televisión ni el móvil para distraerle ya que estos hacen que el niño deje de participar de forma activa en su alimentación. Es bueno que el niño participe, cogiendo y tocando los alimentos. Se recomienda comer en familia y, si muestra interés por la comida de los padres, ofrecerle salvo que exista riesgo de atragantamiento.
Debe mantenerse un horario regular de comidas, intentando que coman siempre a las mismas horas (por ejemplo, 8:00 desayuno, 12:00 almuerzo, 16:00 merienda y 20:00 cena).
Evitar hasta los 6 años alimentos sólidos que puedan suponer un riesgo de atragantamiento como los frutos secos enteros, palomitas, uvas enteras, zanahoria o manzana crudas, etc.
Todo lo anterior son pautas y recomendaciones que ayudarán a guiar en la introducción de la alimentación complementaria. No hay una regla estricta, cada bebé y familia es un mundo y cada uno irá encontrando la mejor manera de alimentar a su bebé adaptándose a sus rutinas, gustos y costumbres.